Nómada apasionada

Exploradora y escritora suiza que vivió y viajó por el Norte de África, una persona libre que rechazaba la moral europea y que siguió su propio camino en el Islam ¡y por supuesto! Una mujer rebelde por naturaleza. ¿Habías escuchado antes de Isabelle Eberhardt? 

¿Sabías qué hay una película de 1992 sobre la historia de Isabelle Eberhardt, titulada Isabelle Eberhardt, con Mathilda May y Peter O’Toole como protagonistas?

La rebelde del Sahara

Marzo es un mes especial, el 8 celebramos el Día Internacional de la Mujer, en este marco nos parece una buena oportunidad para hablarte de una viajera que se dedicó a explorar desiertos y a luchar contra las injusticias de la colonización.

Isabelle (1877-1904), la mujer que escribiría Los diarios de una nómada apasionada nació dos veces, la primera en la majestuosidad de La Villa Neuve (Suiza), y la segunda en la Argelia francesa a la edad de 20 años. 

Cuando Eberhardt llegó a Argelia con veinte años, se afeitó la cabeza y se vistió como un chico árabe para darse a conocer como Mahmoud Saadi, quería vivir el sueño oriental y para ello precisaba desnudarse de aquel pesado eslabón social con el que se había condenado a la mujer.

Como un pájaro en el espacio

En sus viajes, Isabelle hizo contacto con una orden Sufí, el Qadiriyya, dedicados a ayudar a los pobres y necesitados al mismo tiempo que luchaban contra las injusticias del régimen colonial. Su forma de vida tan poco común hizo que se ganara el desprecio de la comunidad occidental, sin embargo, se convertiría en una importante consejera para la administración francesa. 

Sus innumerables experiencias sirvieron de inspiración a sus obras, que retrataron con precisión la vida de las comunidades norteafricanas y que se publicaron póstumamente con éxito: Novelas argelinas (1905), Notas de viaje: Marruecos, Argelia y Túnez (1908). La mayor parte de los textos se publicarían tras su muerte, destacan Sud Oranais (1905), Trimardeur (1911), Écrits intimes (1991) y Amours nomades (2003). El 21 Octubre de 1904, Eberhardt muere en una inundación en Aïn Séfra, Argelia.

La vida de Isabelle fue su mejor novela, además de ser el testimonio de una mujer que se atrevió a viajar sola por un mundo completamente distinto a lo que ella conocía y dominado por hombres.

“Nómada fui cuando de pequeña soñaba contemplando las carreteras; nómada seguiré siendo toda mi vida, enamorada de los cambiantes horizontes, de las lejanías aún inexploradas, porque todo viaje, exterior o interior, es una exploración.” –Isabelle Eberhardt.