Descanso celestial

Con sus formas sinuosas, sus techos altos y abovedados, sus materiales de vanguardia y un feng shui a prueba de malas vibraciones, el Hotel Kosmos, en Corea del Sur, te hará sentir en una película de ciencia ficción.

El Universo dentro

Cuentan los sabios que existe un lugar en el que el Yin y el Yang se encuentran en perfecto equilibrio: se trata de Ulleungdo, isla volcánica rodeada de misterios a 120 kilómetros de la costa oriental de Corea del Sur. Bendecida por la naturaleza con poderes curativos, se considera sagrada ¡y el lugar donde más nieva del país!

Concretamente, hay que superar un desafío que implica un viaje de 350 kilómetros hacia el este desde Seúl, en línea recta y que incluye un viaje en ferry de tres horas desde el puerto de Gangneung, pero si continúas la travesía recibirás una gran recompensa.

En lo alto de un acantilado a la sombra de la cumbre del Songgot-bong, es donde el arquitecto Kim Chan Jung ha creado lo que él mismo define como: “un contenedor de energía, más que un simple edificio; una especie de herramienta celestial para canalizar los fenómenos y las polaridades del universo”, estamos hablando del Hotel Kosmos.

En línea directa con el cielo

Sus muros de cemento blanco se arremolinan como los potentes campos de energía chi que los lugareños creen que atraviesan la isla. Las habitaciones del complejo, escasamente amuebladas con pisos de piedra azul grisácea y una paleta blanca severa, se curvan y se doblan como el interior de una concha gigante.

Para dormir podrás elegir entre las siete habitaciones de Villa Terre y las cuatro de Villa Kosmos, con dos saunas, jacuzzi, piscina exterior y un diseño basado en preceptos taoístas. Todas miran al mar y al islote de Gongam, la llamada Roca Elefante.

La cocina es comandada por ex cocinero de El Bulli y Noma (considerados de los mejores restaurantes del mundo), Sunjin Hwang que seduce al paladar con ingredientes locales frescos.

Para hacerte sentir en unidad con el universo, el hotel cuenta con cinco senderos señalizados que se adentran en los bosques y conducen a cataratas, cuevas, manantiales, miradores y dos enormes asientos con forma de anillo en los que acomodarse a recibir baños de energía Yin bajo la luz de la luna y de energía Yang durante los mágicos atardeceres de la isla.