¡BIENVENIDOS A MÉRIDA!, LA TIERRA DEL HENEQUÉN

Trasladémonos a Yucatán, Estado de la República Mexicana aclamado por ser cuna de la cultura maya, una gastronomía rica en ingredientes y un encanto colonial.

La tierra yucateca siempre está preparada para recibir y sorprender a los viajeros, basta echar una miradita a la cocina para ponernos a salivar con esa cochinita pibil o esos papadzules.

Al ampliar el recorrido por lo ancho y largo de su territorio quedarás maravillado con la fusión de su cultura que se entreteje entre selva y ciudades.

TRAS LA PISTA DEL “ORO VERDE”

A finales del siglo XIX Yucatán tuvo su auge económico al ser exportador de un producto único en el país: el henequén. ¡Imagina barcos repletos de este producto 100% mexicano con rumbo al Viejo Continente!

El henequén es la fibra que se deriva de la agavácea llamada henequén o sisal, fue tanta la resistencia de este material y su amplio uso que se le llamó el “oro verde”. Tal vez lo has visto en bolsas, zapatos, alfombras o hamacas y en la actualidad es considerado como un sustituto de plástico.

CUENTA LA LEYENDA

Hay una leyenda que envuelve el origen del henequén, se dice que un dios maya caminaba por un plantío cuando resultó herido por la espina de una hoja, al analizarla se dio cuenta que de la planta brotaban unas fibras resistentes que serían de gran utilidad para su pueblo y lo llamaron ki, en ese entonces era usado para la creación de sogas y cordeles.

EL AUGE DEL HENEQUÉN

Después de la Conquista, a finales del siglo XIX, el ki tomó mayor relevancia y las haciendas henequeneras se convirtieron en lo que actualmente serían empresas.

Mérida se enfocó a la producción de henequén, ya que este era exclusivo de la región por su clima privilegiado.

Para obtener la preciada fibra existe un proceso ancestral de amor y cuidado; el primer paso es limpiar la planta, después secarla y cardarla (cepillo con púas para extraer la fibra)… y ¡voilá! el producto estaba listo para ser adquirido.

EL ENCANTO PREVALECE

Pero ¿qué pasó después? Al no escuchar ya de estas grandes haciendas productoras es normal pensar en un declive en su producción; resulta que llegó la era de las fibras sintéticas que la reemplazaron en el mercado.

Si bien ya no hay una alta producción de ki el encanto prevalece en las haciendas que aún se conservan en excelente estado y en algunas puedes ser testigo de la producción llevada a cabo por nuestros antepasados.

Te invitamos a dar un recorrido por algunas de las haciendas que siguen en pie para contar parte de su historia.

HACIENDA XCANANTUN

Mérida, Yucatán

Esta hacienda centenaria conjuga el encanto Colonial con la modernidad de un lujoso hotel, cuenta con 18 habitaciones lo que otorga tranquilidad a sus huéspedes; además posee jacuzzis, restaurantes, spa y para engrandecer la experiencia llevan a cabo ceremonias de sanación maya.

HACIENDA TEMOZÓN

Mérida, Yucatán

A solo 35 minutos del Aeropuerto Internacional de Mérida se impone a los viajeros la Hacienda Temozón, sobria, elegante jugando a la perfección con elementos de lujo y otros tantos que se conservan desde la época Colonial.

Un respiro de aire puro dentro de sus instalaciones que ofrecen 28 habitaciones, suites con piscina privada, jardines, spa, cancha de tenis, piscina al aire libre y ¡cenote dentro de la propiedad!

HACIENDA PETAC

Petac, Yucatán

El descanso y desconexión que buscas lo puedes obtener en la Hacienda Petac, a 20 minutos de la capital yucateca. La propiedad ofrece un retiro en medio de la naturaleza con conjunción perfecta entre pasado, presente, lujo y simplicidad.

Cuenta con cinco habitaciones, exclusividad total para disfrutar del jardín botánico, piscina, spa, gimnasio y prepara los mantras, porque tiene el espacio ideal para practicar yoga.

HACIENDA SAN PEDRO OCHIL

Mérida, Yucatán

Una parada obligada es Hacienda Ochil, convertida en un parador turístico que alberga el Museo de las Haciendas henequeneras. Allí se exhibe maquinaria, herramientas y fotografías, además de un restaurante en el que te deleitas con comida típica de la región y talleres artesanales donde serás partícipe del proceso para obtener henequén.

Que no canten victoria las fibras sintéticas que el henequén puede volver con más fuerza al ser un producto natural de gran calidad.