¡QUE ME LLEVEN AL CONVENTO!

Es en la sencillez donde radica la belleza y son las fisuras y grietas del tiempo las que cuentan la historia, creo que esta podría ser una frase que describe a Antigua, Guatemala, ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y que cautiva a todo visitante por estar custodiada de tres volcanes y conservar los vestigios arquitectónicos de lo que una vez la alzó como la capital guatemalteca.

Ahondar en la historia de esta ciudad nos llevaría a más páginas (así que ya tienes tarea por investigar) y en esta ocasión queremos contarte del agasajo hospitalario que aquí suscita, una mezcla de antiguas casonas y/o conventos que han sido restaurados y convertidos en idílicos hoteles boutique.

CALIDEZ DESMESURADA EN PEQUEÑO EMPAQUE

El Convento Boutique Hotel es de las pocas propiedades de gran lujo en el destino, su sofisticación radica en su arquitectura colonial que se mezcla con minimalismo y un sutil equilibrio de jardinería, fuentes y canales de agua que aportan relajación total.

Sus 26 habitaciones son únicas, cada una lleva el nombre de un personaje ilustre de Antigua y hay que resaltar que sus puertas de madera son una verdadera obra de arte tallada a mano que invitan a la contemplación. En el interior del cuarto te espera un jacuzzi, sala de estar, terraza y más, todo depende de la que elijas.

A esto súmale la atención de su personal que te mima en cada instante y literal no te dejan cargar ni una pequeña maleta.

CADA RINCÓN, UNA POSTAL

Al narrarte las habitaciones parece que el lugar no puede ser más idílico, pero… ¡aún hay más! El Convento Boutique Hotel tiene una alberca climatizada que yace bajo un árbol centenario de Tempixque, y las bardas cubiertas de vegetación acrecientan las ganas de quedarte ahí por horas, o bien puedes tomar el brunch o desayuno en una mesa contigua y simplemente relajarte.

La joya de esta corona se encuentra en su terraza, la vista entre tejados y cúpulas de la ciudad son postales en cada punto cardinal, pero sin duda el predilecto es la vista que tienes hacia el Volcán de Agua, que en días despejados será imposible no quedar con la boca abierta.

CONQUISTA CADA SENTIDO

No podemos omitir su restaurante, este pequeño pero acogedor espacio tiene una carta capaz de conquistar al paladar más exigente rodeado de su arquitectura en forma de bóveda.

Dos de los platillos más ricos que hemos probado en viajes han salido del restaurante de El Convento, su mezcla entre técnicas internacionales y el uso de recetas e ingredientes locales hacen un festín completo, como la crema de loroco que baña una jugosa pechuga de pollo o bien un postre que aún retumba en la memoria gustativa: plátanos bañados en mole dulce con nieve de vainilla y azahar y coulis de frutos rojos, ¡simplemente perfecto!

Ahora que conoces un poco la experiencia de hospedarte en este pequeño gran hotel ganador de premios internacionales de la hospitalidad estamos seguros que querrás decir… ¡llévame al convento!

EN LOS ALREDEDORES
· A sólo unas cuadras está el templo y Ex Convento de la Merced, de los pocos lugares restaurados en su totalidad.
· A cinco cuadras está la entrada al Cerro de la Cruz, una vez que lo subas tendrás una de las mejores panorámicas de Antigua.