La tranquilidad de Arashiyama

Íconos de la tradición japonesa se plantan majestuosos al noroeste de Kioto, en el distrito de Arashiyama. Los viajeros que han frecuentado el lugar dicen que un día de tour es suficiente, pero acá entre nos, sabemos que nunca es suficiente cuando se quiere conocer un terruño a profundidad, ¡y menos si se trata de sitios como Arashiyama!

Bosques místicos de bambú, reservas con amigables macacos, jardines que se pintan de rosa en primavera y de ocre en otoño y templos donde la espiritualidad y la arquitectura gobiernan son sólo un poco de lo que te espera si decides guiar aquí tus pasos.

SENDEROS COLOSALES

Uno de los puntos más aclamados de Arashiyama es el Bosque de bambús o Bamboo Grove. Los senderos que se internan en él tienen como colosos las ramas verdes de sus tallos, que por milenios han estado ahí.

La altura y finura de sus ramas permite que los rayos del sol se asomen de una forma sutil y elegante regalando postales inolvidables para aquel que lo transita, además de que el sonido que emite el viento al rozar sus hojas es sumamente relajante. Antes de que se nos pase debes saber que la entrada al bosque es por la puerta lateral del templo Tenryuji.

Otro destacado del lugar es que en la cima del bosque se encuentra la villa de Okochi-Sans, su bello jardín y las vistas son inigualables.

PALETA DE COLORES NATURAL

Si quieres seguir empapándote de la naturaleza sin mover mucho el GPS, en la cima de la colina del bosque de bambú está el Parque de Kameyama-kōen, aquí hay un pequeño estanque para admirar los árboles que se pintan de rosa durante la primavera (en el sakura), y de un cobre y rojizo interminable en el verano.

Incluso hay quienes dicen que aquí se logra ver a macacos descender rápidamente de las montañas, un verdadero paseo de tranquilidad.

LAS FIGURAS DE LA SERENIDAD

Arashiyama es conocida por conservar su lado tradicional en los templos que residen en ella, uno de los más famosos es el Templo de Tenryuji, su entrada es de MXN $90 y tanto su arquitectura como sus jardines rinden homenaje al equilibrio emocional.

Uno de los templos no tan famosos pero dotados de una belleza sin igual es el Templo Adashino Nenbutsuji, se dice que la historia del lugar se remonta al siglo VIII a.C cuando el monje Kukai lo fundó.

Estatuas esculpidas a mano y en piedra en los alrededores se dice, simbolizan a las almas que se perdieron en soledad, muchos de ellos provenientes de su peregrinación al monte sagrado Atago, al oeste del templo.

Pero, sin duda, la mayor de sus curiosidades es su jardín de 1000 estatuas que hay esparcidas durante toda la colina, estas estatuas fueron esculpidas en piedra por artistas locales en la década de los 80 y las puedes ver con decenas de expresiones diferentes. Las estatuas reciben el nombre de rakan, que son los fieles seguidores de Buda y propagadores de su filosofía.

Apreciar arquitecturas modernas puede ser otra de tus paradas. El también conocido Puente Tsutenkyo, es otro lugar de referencia para llegar al parque de monos de Iwatayama. Desde la entrada, tendrás que caminar durante aproximadamente media hora por un sendero y por las escaleras de hormigón para llegar a la guarida de los monos. yu-dofu en alguno de los múltiples restaurantes especializados en esta elaboración de tofu, típica del invierno en Kioto.

El buen comer dice presente en Arashiyama, donde el té de matcha no se perdona, junto con el yu-dofu en alguno de los múltiples restaurantes especializados en esta elaboración de tofu, típica del invierno en Kioto