JERUSALÉN: LA CAPITAL DE TIERRA SANTA

Magnética, esa es la palabra que perfectamente podría describir a Jerusalén, una ciudad en Israel que se ha convertido en Ciudad Santa para las tres principales religiones del mundo: el cristianismo, judaísmo e islamismo.

Al ser una de las ciudades más antiguas del mundo y un sitio donde la cultura, historia, fe, misticismo y tradición confluyen armoniosamente, la experiencia de viaje es simplemente excepcional para sus visitantes. Así que Anda!, vayamos por el mundo a conocer más de la mística Jerusalén.

Jerusalén es la capital de Israel y la ciudad más grande del país.

CAPAS DE HISTORIA

Esta urbe despierta la curiosidad de miles de personas alrededor del mundo, ya que ha sido bautizada como la ciudad tres veces santa.

En la tradición cristiana fue escenario de la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús; para los musulmanes fue donde Mahoma ascendió a los cielos desde la majestuosa Cúpula de la Roca; y los judíos veneran la Ciudad Santa por albergar el Templo de Salomón: el Muro de las Lamentaciones.

PATRIMONIO DE FE

Son precisamente estos sitios los más visitados, joyas preciadas para sus habitantes que despiertan la curiosidad de todos.

Aquí te contamos un poco más de ellos: El Muro de los Lamentos es también conocido como el Muro Occidental, fue un lugar sagrado para el judaísmo desde hace 2 mil años y en la actualidad lo sigue siendo. Los judíos acuden a este muro a elevar sus deseos y plegarias, solo que tiene la particularidad de tener una valla que divide la zona de oración en una específica para los hombres y otra para las mujeres.

Es importante mencionar que cualquier persona sin importar su religión, puede acceder a la zona. Además, una tradición que ha sido acogida es el escribir tus peticiones o deseos en un papel para dejarlo entre los recovecos del muro.

Si hay algo que sobresale en Jerusalén, es la Cúpula de la Roca situada en la Explanada de las Mezquitas. Éste es el tercer lugar más sagrado del islam después de la Meca y Medina.

Es una mezquita impresionante con una enorme cúpula dorada (que por si te lo preguntas, sí, está bañada en oro), que se abre paso en las alturas y parece llamar a todos, solo que este templo tiene la entrada restringida y únicamente permite el paso a los musulmanes.

Otro de los datos que debes saber acerca de este sitio, es que no es solo un espacio de culto para el islam, sino que también lo es para los judíos, quienes afirman que es donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo.

El Santo Sepulcro es otra zona que no te dejará indiferente y quizá es la que más llena de misticismo esté, ya que este es el lugar donde Cristo fue crucificado, sepultado y donde resucitó.

La basílica, y en especial el Santo Sepulcro es custodiado por griegos, armenios, etíopes, sirios, coptos y franciscanos, así que también se puede ser testigo de una variedad de vestimentas, rituales y cánticos que cada grupo hace.

Explorar el sitio requiere de algunas horas, ya también es posible admirar la Piedra de la Unción, en la que según los evangelios, Jesús fue ungido antes de ser sepultado; el Monte Calvario, una sala que representa el Monte Gólgota y donde reposa la gran roca donde todo sucedió; y por supuesto, el Edículo, la tumba de Jesús, un gran mausoleo de mármol que es el principal atractivo.

TIERRA DE CONTRASTES

Justamente por los motivos anteriores y por cuestiones sociopolíticas es que se observa un crisol de culturas mientras caminas por sus calles edificadas en piedra caliza, y la Ciudad Vieja es el mejor sitio para enfrentarte a esta multiculturalidad, ya que está conformada por cuatro barrios: el judío, el musulmán, el cristiano y el armenio.

Así que por un lado podrás observar iglesias, mezquitas y sinagogas, mientras se escucha el sonar de las campanas de los templos, o el Adhan (la llamada islámica a la oración), o el sonido del shofar (instrumento ceremonial fabricado con el cuerno de un carnero, cabra, antílope o gacela) que hace referencia a alguna celebración solemne judía, todo en una armoniosa sinfonía que se convierte en parte del día a día. Mientras que los zocos (mercados) se llenan de vida para compartir sus tradiciones y sabores locales.