Entre nubes: Zacatlán de las manzanas

Cobijado entre la neblina de la serranía poblana se deja entrever Zacatlán, un acogedor pueblito envuelto en magia, donde reina el olor a café y pan horneado, se cultivan manzanas, fabrican relojes monumentales y se crea una estrecha conexión con la naturaleza.

Este es uno de los nueve Pueblos Mágicos de Puebla, se encuentra al inicio de la Sierra Norte del estado, por lo que una de sus características principales es que suele tener bajas temperaturas, e incluso, hay ocasiones en las que por algunos instantes parece desaparecer debido a la neblina que cubre sus pintorescas calles, así que toma la mochila, cálzate las botas, toma ropa abrigadora y vamos a conocer México y la magia que emana Zacatlán de las manzanas.

Su nombre tiene origen náhuatl: ZACATL, que significa paja o zacate y TLAN, lugar, por lo que su significado es “lugar donde abunda el zacate”, sin embargo, acuñó el nombre de Zacatlán de las manzanas debido a la abundante producción de esta fruta.

OBRA COLONIAL

Justo al centro del pueblo destaca uno de sus íconos más importantes y emblemáticos: el reloj floral donado por la compañía de Relojes Centenario, la primera fábrica de relojes monumentales de América Latina.

Tiene la particularidad de ser el primero del mundo en su tipo, fue fabricado en 1806 con dos carátulas de cinco metros de diámetro cada una y nueve melodías que suenan cada hora, además de flores de amaranto que lo llenan de color y vida.

EL CORAZÓN DEL TIEMPO

Haciendo mención a esta tierra donde el tiempo no se detiene y que además es considerada la cuna de los relojes monumentales, qué mejor manera de conocer el proceso de elaboración de este objeto que en el Museo de la Relojería, donde puedes aprender los pasos de fundición del metal para crear una máquina, hasta la prueba final de un reloj.

Además, entre sus pasillos también encontrarás calendarios y relojes antiguos de todo el mundo y de todo tipo: de bolsillo, arena, solares y más.

El reloj floral de Zacatlán entona nueve melodías diferentes, como: Danzón Zacatlán, Sierra Poblana, Cielito lindo, el vals Sobre las olas, Blanca Navidad, el Ave María y México lindo y querido.

LA FERIA

Como todo pueblito mexicano, este también tiene sus propias tradiciones, y una de las más arraigadas es la Feria de la Manzana, la cual se celebra cada año desde 1941 en el mes de agosto.

En esta fiesta se pueden encontrar artesanías, refrescos, vinos, sidras, relojes y una serie de actividades para disfrutar en familia o con amigos, como conciertos, bailes, juegos mecánicos, actividades culturales, paseos en bicicleta, charreadas y hasta un desfile de carros alegóricos.

UNA POSTAL PARA NO OLVIDAR

Algo que tenemos que destacar de Zacatlán es que gracias a su ubicación, los viajeros pueden admirar vistas sin igual a verdes paisajes, un claro ejemplo sucede en su mirador de cristal.

Se encuentra a pocas cuadras del centro del pueblo, tiene un kilómetro de longitud y lo que lo hace aún más espectacular es que sobresale en la cima de la Barranca de los Jilgueros, la cual tiene una profundidad de casi 400 metros.

Desde aquí se observa el río San Pedro, cascadas y casitas rústicas, además de que da la sensación de caminar sobre el cielo.

Si quieres conocer más del pueblo, el Mural Monumental te lo contará todo. Está a espaldas del panteón municipal y fue elaborado con azulejos de colores que recrean tradiciones, origen y edificios emblemáticos del poblado.

PARA ROMPER LA DIETA

Como te adelantamos en líneas anteriores, una de las particularidades de Zacatlán de las manzanas es su clima frío, el cual puede llegar a los 3° centígrados, así que no olvides una buena chamarra o prenda acogedora que te permita mantener el calor, aunque existe una opción más para acompañar el clima frío, y es tomar una taza humeante de café de granos recién tostados.

Tampoco puedes irte de aquí sin haber probado el pan relleno de queso ranchero y azúcar rosada que le ha dado popularidad y es una de las delicias que consienten el paladar de locales y visitantes.

ENIGMA EN MEDIO DEL VALLE

Otro de los sitios que hacen de Zacatlán un destino emblemático es el Valle de Piedras Encimadas, una maravilla natural con un toque de misticismo.

Su nombre es la descripción idónea de lo que encontrarás, rocas que rondan los 10 y 20 metros de altura que parecen estar apiladas y que gracias a la erosión de los años se han esculpido de tal manera que parecen tener figuras distintas, todo depende de la imaginación de cada viajero.

En Zacatlán puedes vivir la experiencia de hospedarte en una acogedora cabaña, o si lo prefieres, también cuenta con alojamientos como hoteles y posadas.