Cuando escuchamos la palabra “tequila”, rápidamente nuestra mente vuela a aquellos recuerdos en donde la mística bebida fue parte de varias anécdotas que no contarás, pero ¿se han preguntado de dónde proviene? Estamos seguros que más de uno ha escuchado sobre el Pueblo Mágico de Tequila, Jalisco, un destino pintoresco del cual te garantizamos que querrás volver a visitar una y otra vez.
Sabemos que en ocasiones no es posible realizar un viaje de una semana debido a las agendas complicadas; sin embargo, una escapada de fin de semana es una increíble opción para interrumpir la rutina y despejarte un poco; y qué mejor que hacerlo en un lugar acogedor, histórico y con ¡shots de tequila!
No creo que necesites una excusa para esta aventura, así que ¡vámonos a Tequila!
PARA EL CAMINANTE
Uno de los puntos de encuentro del pueblo es su tradicional Plaza de Armas, coronado con un llamativo quiosco y la parroquia de Santiago Apóstol, la cual data del siglo XVII y está elaborada con cantera y tezontle (roca de origen volcánico).
Partiendo de ahí, será fácil acceder a las distintas tiendas locales, restaurantes, o al mercado Cleofas Mota, donde la comida tradicional mexicana está presente para enamorar con su sazón.
Además, si han llegado a Tequila por cuenta propia y quieren conocer de manera puntual sitios interesantes, les recomendamos optar por alguno de los tours que se ofrecen en la plaza y recorrer sus callejuelas, aprender sobre la historia del pueblo y destiladoras.
Otro espacio para aprender es el Museo Nacional del Tequila, ubicado en el centro de la ciudad. Allí se exhiben piezas arqueológicas, herramientas para el cultivo y cosecha del agave, así como el relato de Mayahuel, diosa del maguey y el pulque.
UNA HISTORIA DE TRÁGICO AMOR
¿Sabían que hay una historia de amor implícita en el origen del tequila?
Cuenta la leyenda que la diosa Mayahuel vivía encerrada y custodiada por su abuela, pues tenía en su poder una planta mágica, que según dicen, proveería de alegría y dones al ser humano.
Es por ello que los dioses le pidieron a Quetzalcóatl que se apoderara de la planta para compartirla con los humanos. El dios convenció a la joven, que, sin importar la furia de la abuela, se escapó con él. Durante la huida, los dioses se enamoraron y decidieron vivir su amor eterno; sin embargo, cuando la abuela se dio cuenta envió a los hermanos de Mayahuel en su búsqueda. La diosa, al notar que los perseguían, decidió que la mejor forma de esconderse era tomar la forma de la planta mágica, así que los enamorados se transformaron.
La suerte no estuvo de su lado, los hermanos lograron identificar a su hermana y la destrozaron cruelmente. Quetzalcóatl recobró su forma y al ver lo que había sucedido, tomó los restos de su amada y la sembró; regándola todos los días con su llanto, Mayahuel no regresó, pero de ahí nació el maguey o agave.
Por otro lado, dicen que cayó un rayo sobre plantaciones de agave y los indígenas se dieron cuenta del aroma que emitía, así que curioseando descubrieron los poderes relajantes que procedían de la piña quemada y con el tiempo los procesos fueron evolucionando hasta crear el embriagante destilado que conocemos hoy en día.
QUE ÉSTO Y QUE EL OTRO, ¡SALUD!
Ave María, yo no quería.
Ay padre nuestro, que bueno está ésto.
Maldito tequila, bendito tormento
que haces afuera, vamos pa’ dentro.
Estiro la mano, encojo el codo
y a la salud de todos…
¡Me chingo todo!
Algo que no puede faltar en este viaje es la visita a las destilerías para conocer el proceso del tequila, desde la cosecha, la quema de la piña, el tiempo de reposo dentro de las barricas y claro, ¡la degustación!
Sin duda recorrer alguna de las casas del tequila, les dará una perspectiva del trabajo que implica la creación de esta bebida, e incluso hay quienes elaboran sus propias botellas, a las cuales les dan su propio toque particular.
Para cerrar este viaje, no duden en parar a los famosos cantaritos “El Güero”. Aquí las presentaciones son de hasta ¡21 litros! La música y el buen ambiente es perfecto para divertirse entre amigos y sumar nuevas anécdotas al libro de la vida.