Las costumbres y tradiciones son cualidades que los mexicanos tenemos muy arraigados, e incluso, pueden considerarse nuestro principal diferenciador ante los ojos del mundo; y una de las fechas más significativas que nos ha puesto en la mira de todos, es el Día de Muertos.
Esta es una celebración especial que se extiende por todo el país, en la que recordamos a nuestros fieles difuntos. Y si bien cada estado adapta esta tradición y le da su toque particular, Michoacán se encarga de enaltecer estos días de una manera aún más especial, así que anda, conoce México y la tradición del Día de Muertos en esta parte de la República.
UN SINCRETISMO QUE FLORECE
Es importante tener en cuenta que esta tradición nació desde hace algunos cientos de años, y es importante asumir que ha tenido algunos cambios, sobre todo, los que vinieron luego de la conquista española.
Para tener un poco de contexto del origen de esta singular tradición, debemos saber que los pobladores de Michoacán tenían Tirepitío, un centro religioso en donde se ofrendaban flores de cempasúchil, y el día que dedicaban a los difuntos, solían subir al techo de sus casas, mirar hacia el norte y gritar el nombre de sus antepasados para que recibieran los alimentos que habían colocado en la puerta.
Se dice también, que la legendaria fiesta inició en la isla de Janitzio del lago de Pátzcuaro, ya que solían decir que las almas volaban en forma de mariposa hasta la isla, y aún se cree que si la noche de las ánimas cruzas el lago con mucha fe, se puede ver el reflejo de las almas de los difuntos en el agua.
El Día de Muertos es reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
LA FIESTA DE LAS ÁNIMAS
Es común que durante el 1° y 02 de noviembre se lleven a cabo rituales especiales como altares, ofrendas y desfiles, sin embargo, en Pátzcuaro se hace algo que va más allá, ya que gracias a que aún preservan las costumbres de los pueblos nativos, los locales se encargan de hacer toda una fiesta para las ánimas.
En el lago de Pátzcuaro existen nueve islas, de ellas, la más conocida es la de Janitzio, misma que ofrece todo un espectáculo durante la noche, ya que se ve iluminada con decenas de velas durante las festividades del Día de Muertos.
Los pueblos de los alrededores de la isla son los que parece que se entregan con más fervor, y durante esta celebración, la flor de muertos (cempasúchil) llena cada rincón, al igual que el olor a copal, ya que los pobladores se preparan montando altares para sus difuntos, los cuales están cargados de recuerdos y de aquellos gustos que incluyen algunos de sus guisos u objetos favoritos.
Las primeras ofrendas suelen dedicarse a “los angelitos”, es decir, a niños y jóvenes, para posteriormente recordar a los adultos.
Del 31 de octubre y hasta el 02 de noviembre, se realizarán distintas actividades en 22 municipios michoacanos, sin embargo, la mayor actividad se da principalmente en pueblos y comunidades ribereñas del Lago de Pátzcuaro.
UNA CONEXIÓN QUE NO MUERE
Uno de los rituales que no faltan, es el de velación, mismo que se lleva a cabo en el Lago de Pátzcuaro entre el 31 y el 02 de noviembre, estos días, los pobladores acuden a la visitar las tumbas, extender sus ofrendas, y durante la noche, realizan oraciones, brindis, y en algunas, puede que hasta música o cantos se escuchen, todo esto para cruzar las barreras y celebrar con aquellos que ya no están.
Es quizá uno de estos motivos por los que nos referimos al Día de Muertos como una fiesta nacional, ya que si bien está impregnada en melancolía y recuerdos por los seres queridos que han fallecido, los mexicanos extendemos todo un ritual muy elaborado para ofrecerlo a ellos y hacerles sentir que siguen y seguirán presentes.
La celebración en Michoacán contempla diversas actividades, como tianguis, concursos artesanales, muestras gastronómicas, danza, música, y más.