LOS DOLOMITAS: SALVAJES Y CAUTIVADORAS

Como sacadas de una ensoñación, las montañas de Los Dolomitas se erigen imponentes y salvajes en la cadena montañosa de los Alpes orientales, al norte de Italia.

Espejadas por lagos cristalinos o custodiadas por frondosos bosques, Los Dolomitas abarcan 141 mil 903 hectáreas que atraviesan las provincias italianas de Belluno, Bolzano, Trento, Udine y Pordenone, además de una parte de Austria.

La imagen panorámica de la cordillera es un espectáculo visual, quizá por este motivo, es llamada “la obra arquitectónica más bonita del mundo”. Cada montaña tiene particularidades en su forma y en la vida de los pueblos ubicados a sus faldas.

Esperamos que luego de leer esta nota, corras por tu cuaderno y anotes a Los Dolomitas en tu lista de deseos.

ENTRE NUBES

Su nombre proviene de la piedra dolomita, rica en carbonato de calcio y magnesio, que da forma a las espectaculares montañas que parecen esculpidas por los mismos dioses.

Los Dolomitas fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2009, y no es para menos, estas montañas son uno de los paisajes más fotogénicos del planeta. Un espacio singular lleno de paz, que solo la montaña es capaz de ofrecer.

MAGIA AL NATURAL

En Los Dolomitas también ocurre uno de los fenómenos más asombrosos que se pueden presenciar: la enrosadira. Es un evento natural y un espectáculo visual que te deja sin palabras; ocurre cada amanecer y cada atardecer, cuando la luz del sol toca las dolomías (rocas) de las montañas.

Lo que ocurre puede describirse como algo casi mágico, ya que con el reflejo de la luz del alba o el ocaso, las dolomías tornan su apariencia de tonos rosados, pasando por el rojizo y terminando en un mágico color púrpura. ¡Una sinfonía de colores que no debes perderte!

Los puntos ideales para ver este espectáculo natural son las Tres Cimas de Lavaredo, el macizo del Catinaccio y el Lago di Carezza, cuya superficie actúa como un espejo perfecto entre la montaña y el cielo.

MAGIA ESTACIONAL

Como en cualquier destino, en Los Dolomitas hay temporadas altas, siendo el verano y el invierno las más concurridas. Sin embargo, no hay época equívoca para venir. Las cuatro estaciones del año tienen su magia.

Te mostramos pinceladas de cada una para que elijas tu favorita:

En primavera la vegetación se renueva. Los campos se pintan de verde, acompañados de pintorescas plantas que dan armonía y ternura al paisaje.

El otoño es una joya para senderistas, ciclistas de montaña y escaladores. Con cielos mayormente soleados y temperaturas agradables de 10 a 20 grados.

El verano tiene todo para refrescarte. En esta época podrás hacer trekking, visitar lagos y disfrutar de la naturaleza con postales muy coloridas.

Durante el invierno las superficies palidecen, la nieve las transforma en inmensas pistas de esquí. Esta temporada es fría, pero acogedora. Una oportunidad para visitar los mercados navideños de los pueblos y ciudades.

SAZONES DEL NORTE

Un viaje a Italia está incompleto sin comida. Este país suele atraer por sus pizzas y pastas, pero si eres de los que prefieren lo distinto, Los Dolomitas te sacan de lo clásico con la fusión culinaria de Italia y Austria.

Platillos como el goulash (una especie de estofado con carne y pimientos) y el knödel (bolitas de pan condimentadas con hierbas, usados como acompañamiento), te permitirán conectar con la esencia gastronómica del norte de Italia.

Para degustar tienes opciones. Están los restaurantes con distinción estrella Michelin, como Terra Magic Place en Sarentino, Bolzano y mercados locales donde encontrarás vinos, carnes, embutidos, quesos de montaña como el malga y asagio, miel y manzanas únicas de la región. ¡Viaja con el paladar y nútrete de experiencias!

Ahora que tienes más información y una muestra de la belleza de Los Dolomitas, ¿qué esperas para irte de viaje? Alista la maleta y Anda!…Por el mundo

Gran parte de la cadena montañosa está equipada con vías ferratas (caminos y anclajes en las rocas para el ascenso y descenso de los montañistas). Los materiales se colocaron en la Primera Guerra Mundial para facilitar el desplazamiento de los ejércitos italiano y austrohúngaro.