AMANFAYUN, EL SUSURRO DE LA CHINA ANCESTRAL

Entre té, templos y tradición, existe un refugio que parece sacado de una pintura antigua: Amanfayun, en Hangzhou, China. Un hotel donde cada detalle respira historia, espiritualidad y serenidad.

Aquí, los huéspedes viven una experiencia de reconexión, perfecta para quienes buscan paz, inspiración y un vistazo auténtico de la China tradicional.

Así que si buscas desconectar del mundo moderno o si quieres una escapada espiritual, un viaje en pareja o simplemente un lugar especial, Amanfayun es la respuesta.

ENTRE BAMBÚES, TÉ Y SILENCIO

Este hotel se ubica al borde de un bosque de bambú y se encuentra rodeado por antiguas plantaciones de té, ya que Amanfayun es un pequeño poblado tradicional chino. Sus caminos de piedra, techos curvos y casas restauradas de la dinastía Qing te transportan a otra época. No hay rascacielos ni tráfico, solo el murmullo de la naturaleza guiando tus pasos.

HABITACIONES CON ALMA

Las villas y suites son casitas restauradas, cada una con una identidad propia, decoradas con madera natural, textiles artesanales y mobiliario minimalista. No esperes pantallas ni ruido digital. Aquí aplican la frase: “menos es más”.

ENTRE TEMPLOS

Una de las joyas de Amanfayun es su proximidad a siete templos budistas milenarios, entre ellos el famoso Lingyin, uno de los más importantes de China. Los huéspedes pueden darse la oportunidad de explorar estos lugares a pie. Además, el hotel ofrece actividades como meditación guiada, ceremonia del té y caligrafía china, para sumergirse aún más en su cultura local.

GASTRONOMÍA CON SABOR LOCAL

Amanfayun invita a saborear lo mejor de la cocina china con ingredientes frescos de temporada, muchos de ellos cultivados en la zona. Además de su restaurante tradicional, el hotel cuenta con una tea house y una panadería. Y eso no es todo, sino que también cuentan con opciones occidentales, con una gastronomía gourmet y sustentable.

Amanfayun está ubicado a solo seis kilómetros del tranquilo Lago del Oeste, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es un lugar apartado, donde senderos de piedra conducen a patios sombreados y 46 tranquilas habitaciones, suites y villas.

Ofrece a los huéspedes salas de masaje privadas, así como gimnasio, estudios de pilates, salas de yoga, tai chi, salón de belleza y una piscina exterior climatizada de 20 metros.