ESTRASBURGO: La capital de la Navidad

Al noreste de Francia, se encuentra un lugar muy especial que parece haber sido diseñado a medida con un toque ideal de elegancia y calidez: Estrasburgo. Es conocido como la joya de la región de Alsacia, y una de sus principales características es su encanto medieval que se combina con la historia europea, una arquitectura de antaño, su cultura, y sobre todo, por su inigualable espíritu navideño.

Durante el resto del año, Estrasburgo conquista a los viajeros con sus canales, sus plazas llenas de vida y su mezcla única de tradiciones francesas y alemanas. Pero en diciembre, cuando las luces se encienden y las calles se visten de fiesta, la ciudad se transforma en lo que muchos llaman “La Capital de la Navidad”.

DONDE NACIÓ LA MAGIA NAVIDEÑA

El título no es casualidad. En 1570, Estrasburgo fue sede del primer mercado navideño de Europa, ¡así como lo lees! Fue conocido como el Christkindelsmärik, y desde entonces, se ha convertido en una tradición que ha perdurado por más de cuatro siglos. Desde entonces, la ciudad ha hecho de esta celebración un arte: más de 300 puestos adornan sus plazas y calles, ofreciendo productos locales, artesanías, vino caliente, galletas de jengibre, ¡y más!

Caminar por las calles de su centro histórico, que además es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, es una experiencia que despierta los sentidos. Las luces se reflejan en los adoquines, el aroma a canela y pan horneado guía el paso, y cada esquina parece una escena navideña.

LA CATEDRAL QUE CUSTODIA LOS SUEÑOS

En el corazón de la ciudad se alza la Catedral de Notre-Dame de Estrasburgo, y sí, también es una obra maestra del arte gótico cuya torre se eleva casi 142 metros hacia el cielo. Y déjanos decirte que durante las fiestas decembrinas la plaza se convierte en uno de los puntos más mágicos, ya que ahí suelen colocar un enorme árbol iluminado, mientras los coros locales entonan villancicos.

Y eso no es todo, sino que cuidan minuciosamente cada detalle, como las proyecciones luminosas sobre la fachada hasta los pesebres artísticos en su interior. Así es imposible no dejarse llevar por la sensación de que en Estrasburgo, ¡la Navidad cobra vida de verdad!

LA PETITE FRANCE: UN CUENTO A LA ORILLA DEL RÍO

Uno de los rincones más encantadores de la joya de Alsacia es La Petite France, un barrio de casas entramadas de madera, balcones floridos y canales que reflejan las luces festivas. Aquí, cada puente y cada ventana parecen haber sido decorados con mimo. Pasear por este barrio en diciembre es como entrar a un cuento ilustrado: el murmullo del agua, las charlas de los viajeros y las notas de música en vivo crean una postal perfecta.

Durante el día, los cafés invitan a disfrutar una taza de chocolate caliente con bredele (galletas tradicionales alsacianas), mientras que al caer la noche, la ciudad se ilumina con una calidez que contrasta con el frío del invierno.

UNA CIUDAD QUE CELEBRA EL ESPÍRITU DE LA TEMPORADA

Visitar Estrasburgo en diciembre es mucho más que un viaje: es una experiencia sensorial y emocional. Desde el resplandor de su árbol gigante hasta el tintinear de las copas brindando con vino caliente, la ciudad invita a vivir la Navidad con todos los sentidos.

Porque aquí, en el corazón de Alsacia, la Navidad no se celebra, se vive. Y quienes tienen la suerte de recorrer sus calles iluminadas saben que, por unos días, el mundo puede ser tan cálido y brillante como una noche en Estrasburgo.