UN VIAJE A LA VIDA RURAL JAPONESA: SHIRAKAWAGO

Un escape a la vida rural de Japón, con sus tradiciones agrícolas y estaciones de año plenamente marcadas es lo que encontrarás al visitar Shirakawago, aldea histórica ubicada en el centro del país del Sol Naciente, justo en la prefectura de Gifu.

Shirakawago junto con Gokayama fueron declaradas en 1955 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es que estas aldeas inmersas entre los Alpes Japoneses han conservado su estilo de vida milenario intacto.

Visitar este destino hará que Japón tome un nuevo sentido para ti, descubrirás su naturaleza y cultura a tal grado que dejarás de lado los estereotipos de barrios frikis, geishas o calles llenas de luces de neón.

¡Explora con nosotros Shirakawago!

CON PASO ORIENTADO

Por muchos años la aldea de Shirakawago estuvo aislada de la vida urbana al estar inmersa en el corazón de los Alpes Japoneses, pero hoy las autoridades han acondicionado caminos que te llevan hasta el corazón de sus diversas villas, una de las más famosas y con más sencillo acceso es Ogimachi.

La forma más sencilla de llegar aquí es desde la ciudad de Takayama, de allí parten autobuses que en hora y media te dejan en la terminal de Ogimachi, si vas en verano los acuosos campos de arroz serán tu aviso de llegada.

LA PECULIARIDAD DE SUS CASAS

Uno de los principales atractivos y razón por la que Shirakawago es Patrimonio de la Humanidad son sus casas de estilo gassho-zukuri, que significa “construcción con las palmas de las manos juntas”, ya que sus techos de dos aguas emulan el movimiento.

La mayoría de sus casas datan de más de 250 años y todas son construidas con madera y sus techos de paja, incluso se dice que no se usa ningún clavo, si no amarres de cuerdas para mantener todo completamente fijo. La razón por la que sus techos son tan inclinados es para permitir que la nieve caiga y no acumule peso durante la temporada invernal.

Existen una veintena de estas casas que fungen como museos, restaurantes e incluso de hospedaje para aquellos que desean pasar la noche, algunas de las más famosas son: Casa Wada-ke, Casa Kandake, Casa Nagasa-ke y Casa y templo de Myozenji. En alguna puedes apreciar altares budistas de más de 500 años o museos de cómo usaban sus áticos para almacenar gusanos de seda y realizar su producción.

Hay algo entre sus paredes, techos, jardines y cada elemento de las casas de estilo gassho-zukuri que te hacen sentir en perfecto equilibrio con el entorno.

DESDE LO ALTO

Una de las primeras paradas que se recomienda hacer al llegar a Shirakawago es al norte de villa de Ogimachi, justo en el Mirador de Shiroyama, ahí vas a encontrar el castillo de Ogimachi y una vista espectacular a las casitas del poblado que se sitúan alrededor del río Shogawa y en las faldas de las montañas.

Para llegar hasta el mirador puede ser caminando o bien, en uno de los camiones que llevan hacia la ruta.

LA FIESTA DEL SAKE

Del 14 al 19 de octubre em la villa de Ogimachi se realiza la fiesta de Doburoku Matsuri, uno de las más populares en todo Japón y que gira en torno al sake.

La tradición dicta que las fiestas son para rezar y dar gracias al dios de la montaña por dar seguridad y una buena cosecha, ya que casi el 90% de la zona es montañosa y sólo un 10% apta para la agricultura, ¡así que hay mucho por agradecer!

El sake casero, aunque no es permitido elaborar en Japón, durante estos días hay casas en Shirakawago que lo elaboran. No precisamente es sake, sino doburoku, precursor de la primera bebida, y que al tener arroz blanco en el fondo sin filtrar ocasiona que la bebida sea más dulce y disfraza el alto volumen de alcohol.

El santuario Shirakawa Hachiman en Ogimachi es el que alberga los eventos más importantes, además durante el festival también podrás apreciar el shishimai, que es la danza del león.

UN DESTINO, CUATRO FACETAS

La belleza del destino es que tiene cuatro estaciones sumamente marcadas y diferentes. En la primavera los sakura (flor) de los cerezos pintan paisajes rosados entre las calles, además de una cálida recepción.

Aunque muchos no lo crean el verano es la mejor temporada para tomar fotos, ya que los pastizales son frondosos y los campos de arroz abundan en agua formando espejos que avivan el paisaje. Un paraje completamente distinto se asoma en otoño, pues las hojas se tornan rojizas y cobrizas y dan un espectáculo de múltiples tonalidades.

¡Y qué decir del invierno! Al estar en las montañas y con una altura considerable Shirakawago se viste completamente de blanco, una época bella para los amantes de la nieve.

DE CERCA A LAS TRADICIONES

En estas villas también podrás acercarte a los baños de estilo tradicional japonés, que son baños termales que te invitan a relajarte y purificar el cuerpo, esto dentro de las casas rurales, que son llamadas por los japoneses como minshuku.

El museo al aire libre Gassho-zukuri Minkaen alberga diversas casas tradicionales de Japón que fueron trasladadas desde otras prefecturas para que no se perdiera su tradición.

Una perfecta aventura entre tradiciones, naturaleza y la vida de campo te esperan cuando visites Shirakawago.

En la aldea vecina de Gokayama también vas a encontrar pintorescas villas como Ainokura y Suganuma con campos de arroz y casas estilo gassho-zukuri, llegar aquí te tomará un poco más de tiempo, pero la recompensa es que las multitudes son mínimas.