PINCELADAS DE TRADICIÓN: TALAVERA POBLANA

Pulcra, dotada de paciencia, arte y más de 400 años de historia es lo que podemos observar en cada pincelada que compone la Talavera de Puebla, que por cierto hace unas semanas recibió el nombramiento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Con ella México cuenta ya con 10 expresiones de patrimonio cultural inmaterial en la lista de la Unesco, además, es la primera de toda América que se realiza de forma binacional y transcontinental, pues este nombramiento lo comparte con España, ellos al recibir la inscripción de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, en Castilla-La Mancha.

AMALGAMAN CULTURAS

No es casualidad que México y España compartan este patrimonio, esto habla del cuidado y profundas raíces que han guardado las familias que se dedican a este bello arte.

Estudios de la UNAM marcan que fue en 1550 cuando se establecieron los primeros talleres de alfareros en Puebla, unos dicen que provenían del poblado de Talavera de la Reina, en Toledo y otros que de Sevilla, ambos en España, sin embargo, rápidamente los alfareros comenzaron a aprender y perfeccionar su técnica en el manejo de arcilla debido a los conocimientos indígenas, dotando a la Talavera de una identidad propia.

La Talavera de Puebla es una mezcla de técnicas y grabados españoles, indígenas, moriscos, italianos y chinos, pues al ser Puebla un punto clave mercantil entre Veracruz y Tenochtitlán en los siglos XVI y XVII la transculturización surgía de forma natural.

La realización de vajillas era la principal expresión de la Talavera de Puebla, incluso en aquel entonces las familias europeas las despreciaban por la porcelana que era traída directamente del Viejo Continente, sin embargo, fue tanta la perfección de la técnica que al poco tiempo suplió a la porcelana y para el siglo XVIII los artesanos se desempañaban con tal entusiasmo que la ciudad se empezó a cubrir de azulejos, jarrones, tazas, macetas, lavabos, contenedores de vino y todo objeto al que la imaginación del alfarero llegara, ¡es así que Puebla adquirió esa bella imagen que hoy conocemos!

MANOS QUE CREAN

La cerámica de Talavera tiene un proceso minucioso y cuidadoso que, aunque ha introducido tecnología como la electricidad a los tornos, en esencia su proceso de fabricación sigue siendo igual al de la época Colonial, primero se unen los tipos de barro blanco y negro, luego se elimina el exceso de agua, para después pasarse a cuartos sin ventilación para que su secado sea lento y goce de mayor maleabilidad.

Una vez que se obtiene el barro correcto se trabaja en la figura que será, desde un clásico plato o azulejo hasta las más elaboradas jarrones o piezas de arte, ¡de verdad encuentras de todo elaborado con Talavera de Puebla! La primera cocción en sus hornos cuidadosamente regulados llega, para después pasarla a cubrir por el color blanco que sirve de base, pintura hecha a base de minerales que le dará el brillo especial y resistencia que la caracteriza.

Y luego, ¡el momento de creatividad llega! Las manos del artesano comienzan a bosquejar con lápiz las diversas figuras o paisajes, pueden ser flores, plumas, animales y más. El color que se añade a la Talavera Poblana también goza de un toque especial pues son combinaciones de pigmentos naturales con minerales que al colocarse sobre la pieza toman color pastel, pero tras la segunda cocción adquieren esa intensidad y brillo preciso, ¡vale la pena apreciar cada proceso que hacen de la Talavera Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad!

PRETEXTO VIAJERO
Ahora que te hemos platicado sobre este centenario trabajo de alfareros, ya tienes un motivo más para visitar la ciudad de Puebla y Tlaxcala, ya que este Estado también entró en la declaratoria de la Unesco. Cuando compres Talavera Poblana toma en cuenta que aquella que es completamente de color azul con blanco tiene un precio más elevado que la de color, ya que los minerales que se utilizan para obtener el azul son costosos.