La memoria y el respeto, los guías de estos viajes

Hay sitios alrededor del mundo que conmemoran y recuerdan algunos de los hechos más violentos de la humanidad. Desde los campos de concentración en Auschwitz, Polonia; el monumento conmemorativo de las víctimas del 11 de septiembre en Nueva York y hasta la catástrofe nuclear de Chernóbil. Este tipo de turismo es conocido como tanatoturismo ¿lo habías escuchando antes?

Heridas que no se olvidan

Tanatoturismo (o turismo de dolor) es un tipo de viaje que se concentra en visitar sitios asociados con la tragedia. Sin embargo, la importancia de estos destinos no es por las asociaciones relacionadas con la muerte y el sufrimiento, sino por el valor de los hechos que traen a la memoria lo que no debe repetirse en la historia.

El concepto fue acuñado en 1996 por los profesores británicos John Lennon y Malcolm Foley, quienes aseguran que, pese a ser una moda en auge no es un fenómeno nuevo, ya que data desde la época del oscurantismo cuando los peregrinos viajaban para visitar tumbas y lugares de martirio religioso.

Algunos ejemplos de sitios que se han popularizado son: el monumento conmemorativo de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (el cual aparece en el tercer lugar en la lista de cosas para hacer en Nueva York de Trip Advisor); el Memorial y Museo de Auschwitz en honor a las víctimas del Holocausto (en 2016 lo visitaron más de dos millones de personas) o la plaza Dealey, en Dallas, donde fue asesinado el presidente estadounidense John F. Kennedy.

También hay otros lugares más arriesgados, como Chernóbil (Ucrania), en 1986 se produjo en una planta de energía atómica uno de los accidentes más graves de la historia, que obligó, entre muchas otras cosas, a crear una zona de exclusión de 30 kilómetros de diámetro que aún se mantiene vigente.

¿Esto es ético?

Unas de las recomendaciones al visitar estos sitios es ser respetuoso y empático, guardar un tiempo de espera para que la población sane un poco las heridas abiertas, y sobre todo ser consciente de las reacciones.

Ya sea que quieras salir de tu zona de confort o quieras desafiar tus miedos y prejuicios, realizar tanatoturismo por lo menos una vez en la vida, te hará sentirte más vivo y especialmente más humano que nunca.

“Cuando visitamos estos sitios no recordamos a los otros. Nos recordamos a nosotros mismos. Por eso tenemos los memoriales. En ese sentido, este turismo nos guía a través de la muerte de otros hacia nuestras propias vidas”.

-Peter Hohenhaus, viajero que ha visitado casi 700 sitios de tanatoturismo en 90 países.