DE PUERTO ASTILLERO A ESCAPE PLAYERO: SAN BLAS, NAYARIT

Al norte de la Riviera Nayarit, existe un pedacito de cielo terrenal, una de las zonas costeras del Estado con menor intervención humana y que ha dejado que la naturaleza se desplaye a su ancho en manglares, playas, montañas, esteros y marismas… ¡bienvenidos a San Blas!

Este puerto data del siglo XVII, teniendo su época dorada en el centenario de 1700 cuando fue reconocido oficialmente por la Corona como puerto astillero y convirtiéndose en la primera aduana marítima del Pacífico mexicano.

El auge que tuvo durante la Colonización hace que sus calles conserven edificios de más de 400 años, así como ruinas de templos. En contraste con la creación humana están sus playas con riscos e islas, algunas tan tranquilas que parecen una alberca y otras de olas generosas que las hacen predilectas de surfistas.

San Blas es sinónimo de un agasajo culinario con sus productos de mar y frutos tropicales, pero también es un punto donde la abundancia de aves y reptiles la hace acreedora de dos Parques Nacionales, ¡te invitamos a explorar algunos atractivos de San Blas para que te atrevas a verlos con tus propios ojos!

APUNTE HISTÓRICO

¡Qué tal si iniciamos el paseo por San Blas con un vistazo a su pasado! En el cerro de San Basilio, el punto más alto del puerto, vas a ver un fuerte que posa regio con sus paredes de piedra y cañones que parecen estar listos para retumbar… esa es La Contaduría.

Construida en 1760 fue la Estación Naval más importante del Nueva España, al tratarse de un puerto astillero de gran envergadura había que protegerlo de ataques marítimos, aquí se desarrollaron batallas y hay decenas de historias dignas de escuchar. Vale la pena que la visites y explores lo que ahora es un museo.

Bajando un poco el cerro también encontrarás las ruinas de lo que fue el Templo de Nuestra Señora del Rosario, conocida como “La Marinera”, déjate envolver por el ambiente y toma fotos con aspectos de antaño.

CUIDADO CON EL “COCO”

El Parque Nacional La Tovara te hace sentir un Indiana Jones en tierra mexicana, la aventura comienza a dos kilómetros del centro de San Blas, donde un embarcadero de pequeñas lanchas te espera para que te adentres en sus manglares.

Su flora es tan abundante que forma túneles naturales por donde la lancha se abre camino, de aguas tranquilas puedes ver peces, tortugas, el sonido de las aves te hace voltear al cielo… y de repente, la voz del lanchero te hace volver la vista al agua para observar a los cocodrilos y caimanes que nadan libres y al acecho.

También podrás ver sobre el agua unas casitas construidas con troncos y palmas, réplicas de los primeros asentamientos indígenas en la zona y al final del paseo llegas a la zona de esteros donde está el Cocodrilario “Kiekari” con una amplia variedad de reptiles, además es una base de investigación científica de la vida silvestre.

‘PAJAREAR’ POR SAN BLAS
Garzas blancas, canelas, pájaros bobos, patos y una centena de aves tienen en San Blas su santuario migratorio, es por esto que entre enero y febrero se realiza el Festival Internacional de las Aves Migratorias. Algunos de los lugares indicados para practicar avistamiento son: Laguna de Zoquipan, Singayta o La Bajada.

BAJO EL SOL

Sus 40 kilómetros de litoral dotan a San Blas de una serie de playas aptas para todo tipo de visitantes: el que sólo desea tirarse bajo el sol, el que quiere meter a los niños en olas tranquilas, los surfistas, lo que quieren admirar aves y los que buscan tranquilidad pura.

La playa Las Islitas tiene aguas tan tranquilas que puedes adentrarte varios metros y el agua sigue debajo de tus rodillas, su infraestructura casi virgen hace que por su costa sólo veas una palapa tras otras con hamacas para relajarte y pedir en los restaurantes algún platillo típico.

¡Surfistas tomen nota! La Bahía de Matanchén posee una tercia de playas: Platanitos, Punta Custodio y Playa Tortugas que tiene un oleaje salvaje para aquellos expertos al domar olas. Incluso al final de Las Islitas está la playa que cuenta con el Record Guinness de la ola más larga del mundo.

Entre su arena dorada y suave en la temporada de desove puedes acercarte a los campamentos tortugueros y ser parte de la experiencia de liberar tortugas golfinas al mar, ¡un momento que quedará grabado para siempre!

RENOVADA IMAGEN

El famoso Muelle de San Blas, ¡sí, ese que te remonta a una canción! Fue renovado completamente el año pasado, su estructura de más de 160 metros de largo simula al verse de forma aérea un ojo de Dios, caminar por aquí se ha vuelto uno de los nuevos atractivos del destino pues obtienes unas panorámicas y atardeceres imperdibles de la Bahía de Matanchén.

Está dotado de bancas y luces nocturnas que lo hacen caminable de día o noche, además por la longitud, hay quienes llevan caña de pescar para ver si logran premiarse con algún pez.

ES HORA DE SALIVAR

Hace unas semanas la gastronomía tradicional nayarita fue reconocida por el congreso local como Patrimonio Cultural Intangible del Estado y aquí es el lugar perfecto para probar uno de los platillos que los nayaritas se pintan solos para su preparación, ¡el pescado sarandeado!

Vas a querer repetir con las salsas molcajeteadas, las tortillas recién hechas, el aroma a leña y ese adobo irresistible.

Pero sin duda una receta imperdible es el pan de plátano, hasta nos atreveríamos a decir que San Blas es la capital mexicana de este pan que puedes comer a todo momento. La lista culinaria continúa con sus cocadas, los ostiones frescos que debes acompañar con unas gotitas de limón y la salsa local Huichol… ¡ahhh qué delicia es comer en San Blas!