Un río de muertos

‘Ser coherente con el momento histórico, con lo que toca vivir’ fue el motor que impulsó al poeta chiapaneco Balam Rodrigo (Villa de Comaltitlán, Chiapas, 1974) a plasmar esta creencia en el poemario testimonial: Libro centroamericano de los muertos, el cual lo hizo acreedor del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2018.

Pero, ¿de qué trata? En palabras del autor, su obra es un texto “cuyo eje vertebral es la migración de centroamericanos a través de su éxodo por México, desde el río Suchiate hasta el río Bravo, y lo que intenté hacer fue unir un río de muertos y de historias de centroamericanos que perdieron la vida en nuestro país.”

La propuesta es que la lectura del libro vaya en sentido contrario al cual viajan los migrantes rumbo a EE.UU. por Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua hasta llegar a la entrada del inframundo, Xibalbá, que es Centroamérica, pues al final, comenta el autor “los muertos de algún modo regresan a sus lugares de origen”. 

Balam realiza una obra de carácter social y autobiográfica que encuentra sus raíces en otorgar la voz poética a los centroamericanos que vivieron en casa de sus padres incluso antes de llamar albergues a estos sitios de asistencia y apoyo.

Un libro que visibiliza el dolor de miles de migrantes centroamericanos, un espejo que nos refleja a todos, pero especialmente, un libro valiente y necesario.

Extracto de Sermón del migrante (bajo una ceiba)

Declaro: Que mi amor a Centroamérica muere conmigo.

Francisco Morazán (Testamento)

Y Dios también estaba en exilio, migrando sin término;

viajaba montado en La Bestia y no había sufrido crucifixión

sino mutilación de piernas, brazos, mudo y cenizo todo Él

mientras caía en cruz desde lo alto de los cielos,

arrojado por los malandros desde las negras nubes del tren,

desde góndolas y vagones laberínticos, sin fin…