A Lupita le gustaban muchas cosas

La mujer recatada, sumisa, de vocabulario prudente y que cree en amor que todo lo salva no tiene cabida en esta novela. Lupita es una mujer del mundo actual que a diario lucha por sobrevivir no sólo en el plano laboral, si no en el social y emocional, bajo el cobijo de un México caótico donde la corrupción y nulidad de valores parece ser más cotidiano que escaso.

A Lupita le gustaba planchar, así es el título de esta obra de Laura Esquivel, la autora aclamada por su novela Como Agua para Chocolate; pero a Lupita no sólo le gustaba planchar, también la gustaba coser, bailar, lavar, hacer el amor y beber hasta perderse.

Este último (mal) hábito había jurado no retomarlo en memoria de su pequeño, pero la vida tenía un huracán preparado para ella, la tierra se le mueve y su cielo se oscurece cuando presencia el asesinato del Licenciado Larreaga, político al que veía como una pequeña luz entre la oscura burocracia en que se manejaba.

LA MECHA SE ENCIENDE

Su entrenamiento policiaco por un momento queda de lado, y al ser la única testigo es incapaz de narrar lo acontecido por vulnerabilidad propia y por la misma rareza del crimen. El caos se ha desatado en su vida, comienza una lucha interna por recordar su identidad y una externa para encontrar a los culpables de un asesinato que refleja el sistema fallido.

Lucha de mafias de barrios, deslealtades y guerra interna convierten a Lupita en un antihéroe que, respaldada por su traje de policía intenta resolver un crimen, dejando a su paso el caos de una persona tempestiva, arrogante y que necesita un poco de calma.

¿Qué demonios habitan en Lupita? ¿A qué terrenos la llevará su búsqueda de justicia? Descúbrelo tú mismo al leer esta novela llena de expresión y del magnetismo que deja Laura Esquivel: A Lupita le Gustaba Planchar.